Descripción
Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) es, después de Ribera, el mejor artista grabador español, además de ser uno de los más geniales pintores de toda la historia. En el campo del arte gráfico, Goya fue igual de prolífico que en el pictórico. No dudó en hacer uso de las técnicas más diversas –aguafuerte, aguatinta, punta seca, buril, litografía– para llevar a cabo una producción sin par. Las series de estampas goyescas están alejadas de los encargos que recibiera el artista o de los cuadros oficiales a los que le obligaba su cargo de pintor de cámara. En los grabados, al igual que en su ingente producción de dibujos, se asoma el Goya más íntimo, libre y contradictorio.
Las primeras estampas que hizo Goya, fueron tres de tema religioso, pero su actividad continuada como grabador se inició en 1778, con las copias de los cuadros de Velázquez de la colección real.
Las magníficas litografías de 1825, que aquí presentamos, en una bella y extraordinaria edición facsímile, como Los Toros de Burdeos, están precedidas por una larga trayectoria dedicada al arte gráfico. Goya realizó estas cuatro litografías de asunto taurino al final de su vida, cuando contaba 79 años de edad y residía en Burdeos, lejos de su patria. Por tanto, para él supusieron un ejercicio de nostalgia, el recuerdo de las escenas taurinas contempladas en España, de las que era tan aficionado.
Edición facsímile realizada en 1996 por la editorial Testimonio de Madrid, una de las mejores editoriales españoles en la realización de facsímiles de códices, de los originales de 1825 custodiados en la Biblioteca Nacional de España.
4 láminas formato 55 x 44 cm aprox. Presentadas en una carpeta de lujo forrada en tela.
Acompañadas de un libro estudio complementario a cargo de María Luisa García de Cuenca, de la BNE.
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