Descripción
La cacería era el deporte aristocrático por excelencia y estaba dotada de una gran sofisticación; se practicaba en tiempos de paz e iba siempre asociada al santoral religioso. Alfonso X el Sabio (1256-1348) escribió en sus Partidas: “Cómo el rey debe ser mañoso en la caza”.
Gastón III, apodado Fébus por sus cabellos dorados, soberano del Condado de Foix y de Bearn, en los Pirineos franceses, legó a la posteridad uno de los mejores tratados medievales sobre el tema.
Durante los años 1387-1389 Gastón Febus escribió su Libro de la Caza, libro alegórico, profano y religioso a la vez, considerado uno de los mejores que se escribieron en el Medievo y un valioso testimonio sobre la historia cultural de la Edad Media; fue utilizado hasta el siglo XIX como libro de texto de historia natural.
De toda la producción del famoso manuscrito de La Caza en los escritorios, el ejemplar conservado en la Biblioteca del Museo del Ermitage (OPpNº2), en San Petersburgo (Rusia), está considerado por su antigüedad y belleza como el cúlmen de todos los demás.
El códice desarrolla el tema cinegético de manera pedagógica para un buen aprendizaje de la caza: indica cómo tratar con los animales salvajes, su comportamiento y su biología; asimismo, da instrucciones precisas a los cazadores en cuanto al entrenamiento, razas y características de los perros…
En toda su composición, el Libro de la Caza se revela como un auténtico manual práctico, y a este pragmatismo coadyuvan poderosamente las miniaturas que lo decoran: setenta y ocho deslumbrantes miniaturas embellecen las páginas de este maravilloso códice, y su estilo refinado e ingenioso lo convierte en la expresión más representativa del arte del estilo francés de la primera mitad del siglo XIV. Las miniaturas plasman con un realismo inigualable el arte de la caza y sus rituales: los caballos, ricamente enjaezados con bordados de las armas de su dueño, el tipo de vestimenta, la preparación de los cazadores y de los animales, y el tipo de presa que se buscaba.
El autor de las miniaturas fue un pintor activo en Aviñón que poseía un taller famoso en aquella época, Jean de Toulouse. Por primera vez se combinan las técnicas de representar animales utilizadas en el siglo anterior por los miniaturistas de bestiarios y de diversos tratados con observaciones adquiridas del estudio de la naturaleza, al modo de Giovannino de Grassi. Todas las imágenes del manuscrito del Ermitage están enriquecidas con oro. Esta combinación de luz y color otorgan a cada una de las miniaturas de este códice el carácter de una auténtica obra de arte.
Facsímil encuadernado en piel de cabritilla azul sobre tabla estampada en oro, tanto en las cubiertas como en el lomo y fileteado interior de las mismas, cinta guía. Formato 26,5 x 34,5 cm. 226 páginas que contienen 77 miniaturas de gran formato, muchas de ellas con oros exquisita y bellamente grafitados, y todas las páginas ornamentadas con motivos florales y múltiples capitulares en oro. Escrito en francés y latín.
Presentado en un bello estuche tipo libro en piel azul dorada para su mejor conservación, formato 31,8 x 38 x 7,5 cm.
Al facsímil le acompaña el libro de estudio complementario, realizado por especialistas en la materia, incluyendo la traducción del texto original al español. Encuadernado en tapa dura con sobrecubierta a color, cinta guía, formato 25 x 32 cm. 184 páginas con 104 ilustraciones.
Edición realizada en 2013, numerada y limitada a 949 ejemplares, debidamente autentificados con acta notarial, siendo este ejemplar especialmente atractivo para los amantes de la Numerología (inferior al 50).
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